miércoles, 25 de noviembre de 2020
miércoles, 30 de mayo de 2018
6:36:00 a. m.
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La comunidad nacional conmemora
el 53 aniversario de la eliminación física del dictador Rafael Leónidas
Trujillo Molina. La noche del 30 de Mayo de 1961, un grupo de valientes puso
fin a los pasos del Tirano.
De
esa manera se produjo el acontecimiento que dio origen al nacimiento del
proceso hacia la democracia Dominicana. Para el país el tránsito no ha sido
fácil. Ha tenido que enfrentar múltiples dificultades y crímenes contra la vida
institucional, pero nada impide el proceso.
El
pueblo dominicano sufrió el derrocamiento del primer Gobierno electo de manera
democrática tras la caída de la dictadura de Trujillo, encabezado por el
Presidente Juan Bosch y el vicepresidente Segundo Armando González Tamayo. Como
consecuencia del atentado contra la democracia sufrimos represión, el
sacrificio de la guerrilla de 1963, y la herida de la guerra civil de Abril de
1965, que dejó como saldo miles de muertos y la humillación de la invasión del
territorio nacional por botas extranjeras.
Sin
embargo, los hechos no pudieron postrar al pueblo dominicano. En medio de las
dificultades sigue en marcha.
Han
pasado los días de la incertidumbre y podemos celebrar entre los logros el
respeto a la voluntad popular como un proceso institucional expresión de la
vida democrática.
Hoy
podemos celebrar la libertad de expresión como un derecho inalienable y la
libertad de escoger la preferencia política.
Tenemos
condiciones para confiar en que continuaremos en democracia. Por ello,
consideramos que hoy, como es el Día de la Libertad, debemos reafirmar el
compromiso de confiar en la democracia como un mecanismo garante del desarrollo
en un ambiente donde se respetan los derechos humanos, y en el que es posible
producir las transformaciones que requiere la sociedad dominicana para combatir
la pobreza extrema y las desigualdades sociales que obstaculizan el desarrollo.
Creemos necesario continuar sin pausa en procura de ese objetivo.
En
una dictadura no es posible. En consecuencia, debemos pensar que 53 años de
lucha por la democracia es un tiempo suficiente para que cada uno y cada una de
los hombres y mujeres dominicanos, haga sus aportes para que veamos como una
realidad las transformaciones que requiere la Nación.
Un
compromiso en ese orden es el mejor homenaje a los hombres que la noche del 30
de mayo de 1961, asumieron el camino del sacrificio para acabar con la
opresión.
El
tránsito al estado democrático no siempre puede ser acelerado, pero si avanza,
como ocurrió en el efímero gobierno del presidente Juan Bosch, y en las
administraciones de Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, el futuro
es necesario augurarlo con optimismo. Celebremos que 53 años después de la
Dictadura tenemos entre los logros la Constitución de 2010, la cual establece:
“La República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho,
organizado en forma de República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad
humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la
separación e independencia de los poderes públicos”.
Hoy
podemos celebrar entre los logros las obras de infraestructuras, el
fortalecimiento institucional y el éxito de Solidaridad y del programa
“Quisqueya Aprende Contigo”, que tiene el propósito de liberarnos de la tara
del analfabetismo.
Hoy
podemos celebrar que vamos por el camino que nos llevará a lograr la República
Dominicana, que manda nuestra Carta Magna: “Es función esencial del Estado, la
protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de la dignidad y
la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria,
equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de
justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los
derechos de todos y todas”.
Hoy
podemos celebrar que existe el convencimiento en la sociedad de que es
inaplazable el reto de afrontar el gran mal que pone obstáculos en el tránsito
hacia el desarrollo: la desigualdad social.
Reconocimiento
para los hombres que acabaron con la vida física del Dictador: Antonio De la
Maza, Juan Tomás Díaz, Antonio Imbert Barrera, Modesto Díaz, Pedro Livio
Cedeño, Salvador Estrella Sahdalá, Roberto Pastoriza, Huáscar Tejeda, y el
teniente Amado García Guerrero.
Reconocimiento
por los aportes de Luis Amiama Tió, Luis Manuel –Tunti- Cáceres, y para los que
desde el anonimato hicieron la resistencia por el mismo objetivo: acabar con el
régimen de la intolerancia.
¡Celebremos
que 53 años después de la caída del Dictador tenemos un Gobierno garante de la
vida en democracia!
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